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Extranjeros tomarán posesión de la ciudad de Asdod, y yo destruiré a los orgullosos filisteos. Arrancaré de un tirón la idolatría que practican como se arranca la presa de una fiera; quitaré de entre sus dientes las presas capturadas en su violencia. Pero nuestro Dios dejará algunos filisteos con vida, los cuales llegarán a ser parte de Judá y serán tratados con mucha consideración; pero los filisteos de Ecrón serán tratados como los jebuseos, con mucha dureza. Y cuidaré mi templo como un vigilante, para impedir que ningún enemigo entre. ¡Nunca más un enemigo atacará a mi pueblo, pues ahora yo soy su poderoso guardián!

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